lunes, 23 de enero de 2012

El sentido del sin sentido


El sentido del sin sentido 

Cuando duermo, mi cuerpo sigue vivo, no soy consciente, no controlo mis funciones fisiológicas, mi corazón sigue latiendo, la sangre me recorre y me conserva en buen estado. Pero no estoy aquí. Mi experiencia está lejos de mi cuerpo, es un universo diferente que aparece cada vez que sueño. Rara vez se trata experiencias repetidas y si lo son, suceden desde otra perspectiva, el tiempo no transcurre como lo conocemos… los sueños son señales de nuestra existencia, de lo que somos. Cuando despierto regreso a lo recurrente, lo aparente se impone a golpes de urgencia.
Si al despertar olvidara por completo quién fui antes de dormir, si eso ocurriera cada mañana, abriría los ojos a una hoja en blanco, gentil y dócil a ser escrita, paciente en su condición vacía.
En sueños he percibido la energía de alguien sin verlo, los rostros corresponden a quién he conocido o pueden pertenecer a algún otro, las mismas facciones, las mismas formas en alguien diferente, puedo ser mujer, hombre o niño, libertino, casto, asesino, juglar o mudo.
Puedo viajar por el mundo, volar y vivir bajo el agua, vivir el placer de estar desnudo o la vergüenza de ser observado, puedo ser invisible o notable, rico o indigente... (seguir leyendo) 

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