viernes, 27 de abril de 2012

CUENTOS PARA REFLEXIONAR

Para quién son las manzanas?
En cierta ocasión, un joven observaba a un hombre que tenía más de ochenta años que estaba sembrando un huerto de manzanos.
El anciano amorosa y cuidadosamente preparó el terreno, plantó los diminutos vástagos y les echó agua. Después de estar mirándolo por un rato, el joven dijo: «Usted no espera que va a comer manzanas de esos árboles, ¿verdad?»
«No --replicó el anciano--, pero alguien lo hará».
Tus acciones ayudarán a esos que te seguirán.
Debido al pacto de Dios con Noé, tenemos la seguridad de que no corremos el riesgo de la destrucción mundial por un diluvio.
Los habitantes de la tierra todavía están recibiendo el beneficio que vino de la vida de un hombre justo.
Asimismo, tú y yo también podemos beneficiar a las generaciones futuras. Cuando sirves a las personas o influyes en ellas de manera positiva, y las animas a pasar por lo que otras recibieron, creas una cadena de impacto que sobrepasará tu vida.
John C Maxwell
No eres un eslabón perdido.
No eres una isla...eres un continente.
Hay alguien detrás de ti y será la prolongación de tu vida, para bien o para mal. Entonces siembra ahora manzanas para él o ella tengan la bendición de comerlas y mientras lo hacen te recordarán y sin duda hablarán muy bien de ti.
Siembra hoy para las generaciones futuras. Recuerda que Moíses lo hizo con Josue, el Profeta Elias con Eliseo y Jesús, nuestro Señor con los doce.
Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo. Exodo 33:11
Y Moisés hizo como Dios le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación. Num 27:22
Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel. Deut 1:38
 

Reflexiones - ¡No me acuerdo!

Una vez un ministro muy querido llevó un secreto, enterrado por mucho tiempo en lo profundo de su corazón, el peso de un pecado.
Él había cometido ese pecado hacía muchos años durante su entrenamiento en el Seminario. Nadie sabía lo que había hecho, pero él sabía que estaba arrepentido. Aun así, había sufrido remordimientos por años, sin idea del perdón de Dios.
Una mujer en su iglesia amaba al Señor profundamente y afirmaba que tenía visiones en las que Jesús le hablaba. El ministro, escéptico de sus afirmaciones, le pidió: "La próxima vez que hable con el Señor, podría preguntarle cuál fue el pecado que su ministró cometió mientras estaba en el Seminario". La mujer asintió.
Cuándo volvió a la iglesia unos días después el ministro le preguntó: "¿Le visitó?" Ella contestó: "Sí".
- "¿Y le preguntó qué pecado cometí en el Seminario?"
- "Sí", respondió.
- "Bien, ¿qué le dijo?"
- Dijo, "no me acuerdo".
Toda persona debe tener un lote especial en el cementerio donde enterrar las faltas de los amigos y familiares.
Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Fuente: El libro devocionario de Dios para las Mujeres , Editorial UNILIT
 
En cierta ocasión unos niños paseaban por el bosque cuando descubrieron una línea de ferrocarril abandonada. Uno de los niños saltó a uno de los rieles y trató de caminar por él. Después de unos cuantos pasos, perdió el equilibrio. Otro trató de hacer lo mismo, y también se cayó. Los demás se rieron.
«Apuesto a que ustedes tampoco pueden», le dijo a los demás uno de los que había hecho el intento. Uno por uno los demás niños lo intentaron pero todos fallaron. Hasta el mejor deportista del grupo no pudo dar más de una docena de pasos antes de caer fuera del riel.
Entonces dos niños comenzaron a hablarse al oído y uno de ellos lanzó el siguiente desafío: «Yo puedo caminar todo lo que quiera por el riel, y él también», les dijo, señalando a su compañerito.«No, tú no puedes», le dijeron los demás.
«¡Apuesto un dulce a cada uno que sí puedo!», les respondió. Los demás aceptaron.
Entonces los niños subieron cada uno a un riel, extendieron un brazo, se tomaron fuertemente de las manos y empezaron a caminar por toda la vía.
Como individuos no hubieran podido hacerlo, pero trabajando juntos no les fue difícil alcanzar la victoria.
El poder de la colaboración es la multiplicación.
Tomado de Maxwell, J. C. 2001; 2003. Las 17 Cualidades Esenciales de un Jugador de Equipo; The 17 Essential Qualities of a Team Player . Thomas Nelson, Inc.
A veces en la vida solos no podemos y entonces es cuando necesitamos la mano del otro. La vida no es para vivirla solos, es para vivirla en compañia y juntos poder avanzar el resto del camino. Muchos pierden de vista este principio y no saben vivir en armonía y equipo en sus familias, trabajos, universidades o en la misma Iglesia. Vamos!! No sigamos solos. Juntos, Tú y yo podremos caminar entre los rieles de la vida.
Me fijé entonces en otro absurdo en esta vida:
Ví a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos, y que nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto, y me abstengo de las cosas buenas?», se preguntó. ¡También esto es absurdo, y una penosa tarea!
Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!
Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?
Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! Eclesiastes 4:7-12

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