miércoles, 25 de abril de 2012

EL ZODIACO


EL ZODIACO Y SUS SIGNOS

Manly P. Hall
Parte I

En estos tiempos, es difícil estimar correctamente el profundo efecto producido por
el estudio de los planetas, lumbreras y constelaciones, sobre las religiones, filosofías y
 ciencias de la antigüedad.  Con mucha razón, a los Magos de Persia se les llamaba
Astrónomos.  Los egipcios fueron honrados con un titulo especial por su eficiencia al
computar el poder y el movimiento de los cuerpos celestiales y su
efecto sobre los destinos de naciones e individuos.

Ruinas de observatorios astronómicos primitivos han sido descubiertas en todas
 partes del mundo; aunque, en muchos casos, los arqueólogos modernos no se
 dan cuenta del verdadero propósito para el cual fueron erigidas estas estructuras. 
Mientras que el telescopio era desconocido para los astrónomos antiguos, estos
 hicieron muchos cálculos importantes con instrumentos cortados de bloques de granito
 o aporreados de hojas de cobre.  En India, estos instrumentos aun están en uso, y
poseen un alto grado de precisión.  En Jaipur, Rajputana, India, aun esta en operaciones
 un observatorio que mayormente consiste de grandes discos solares de piedra. 
El famoso observatorio de China, en el muro de Pekín, consiste de grandes instrumentos
 de bronce, incluyendo un telescopio en forma de un tubo ahuecado sin lentes.

Los paganos miraban a las estrellas como cosas vivientes, capaces de influenciar los
 destinos de individuos, naciones y razas.  Para cualquier estudiante de literatura
Bíblica es evidente que los primeros patriarcas judíos creían que los cuerpos celestiales
 participaban en los asuntos de los hombres; como, por ejemplo en el Libro de los Jueces:
 “Ellos pelearon desde el cielo, y aun las estrellas en sus recorridos pelearon contra
Sisera.”  Los caldeos, fenicios, egipcios, persas, hindúes y chinos tenían zodiacos que
 eran, en general, muy parecidos, y varias autoridades han acreditado a cada una de
estas naciones con ser la cuna de la astrología y la astronomía.  Los nativos de Centro
y Norteamérica también tenían un entendimiento del zodiaco, pero los patrones y
 números de los signos se diferenciaban, en muchos detalles, de
 aquellos del Hemisferio Oriental.

La palabra zodiaco se deriva del vocablo griego ζωδιακός (zodiakos), que significa
“un circulo de animales”, o, como algunos creen, “pequeños animales”.  Es el nombre
 dado por los antiguos astrónomos paganos a una banda de estrellas fijas de alrededor
de dieciséis grados de ancho, que aparentemente rodean la Tierra.  Robert Hewitt Brown,
grado 32, señala que la palabra griega zodiakos viene de zo-on que significa “un animal”. 
Este añade: “Esta última palabra se compone directamente de las
 raíces egipcias primitivas, zo, vida, y on, un ser.”

Los griegos, y más tarde otros pueblos influenciados por su cultura, dividieron la banda
del zodiaco en doce secciones, cada una tenía dieciséis grados de ancho y treinta grados
 de largo.  Estas divisiones fueron llamadas las Casas del Zodiaco.  Durante su peregrinaje
 anual, el sol pasaba, por turnos,  a través de cada uno de estos grados.  Criaturas
 imaginarias fueron trazadas en los grupos de estrellas atados por estos rectángulos; y
 como muchas de estas tenían forma de animales,   ---o eran, en parte animales---  
  mas tarde llegaron a ser conocidas como las Constelaciones, o Signos, del Zodiaco.

Hay una teoría popular con relación al origen de las criaturas zodiacales al efecto de
que estas eran producto de la imaginación de los pastores, quienes mientras velaban
sus rebaños por las noches, ocupaban sus mentes trazando las formas de animales y de
 pájaros en los cielos.  Esta teoría es insostenible, a menos que los “pastores” sean vistos
como los pastores sacerdotes de la antigüedad, no es común que los signos zodiacales
se hayan derivado de los grupos de estrellas que ahora representan.  Es muy probable
que las criaturas asignadas a las doce casas sean símbolo de las cualidades y la
 intensidad del poder del sol mientras ocupa diferentes partes de la banda zodiacal.

Sobre este tema, Richard Payne Knight escribe: “El significado emblemático, que ciertos
 animales estaban empleados para representar, fue solo alguna propiedad particular
generalizada; y, por lo tanto, puede ser fácilmente fabricada o descubierta por la
operación natural de la mente: pero las series de estrellas, nombradas después de
ciertos animales, no se parecen en nada a aquellos animales; que, por lo tanto,
son simples signos de la convención adoptada para distinguir ciertas porciones de
 los cielos, que, probablemente eran consagrados a aquellos atributos
 particulares personificados, que estos representaban respectivamente.” 
 (El Lenguaje Simbólico del Arte y la Mitología Antigua).


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